Aire sin aire, que despacio vienes
a abanicar los últimos compases
de este vals que te pide que le atrases,
al tiempo, las agujas de sus trenes.
Aire, que en el fragor de los andenes
te sacas de la manga varios ases,
y hasta el humo te pide que no pases
del íntimo precinto de mis sienes.
Aire que me dilata los pulmones
con plumas de secretos olvidados,
o me asfixia con nuevas ilusiones.
Aire oscuro y cansado como el viento,
que acabará jugándose a los dados
los últimos caprichos de mi aliento.