Autor: Laura Campmany

Romance del abuelo


Por si ustedes lo ignoraran – les felicito por ello -, tengo el deber de contarles que Rodríguez Zapatero, como tan sólo unos pocos, y a diferencia del resto, no ha surgido de la nada, sino que tiene un abuelo. A ese abuelo lo mataron en la guerra, y lo lamento, y no dudo que

Romance del cafelito


Qué grasia tiene este payo y qué arte tiene, er jodío. Qué bien templó la muleta cuando en su propio cortijo, en su tele y en su casa, se puso tonto aquer tío y se atrevió a preguntarle – lo cuar que tiene delito – no lo que vale una finca, o a cuánto está

Romance de la Magdalena


¿Cómo iba yo a escatimarle una semblanza completa a la más extra-ordinaria de las chicas zapateras, que como ustedes bien saben, o por lo menos sospechan, es la ministra que llaman, por mal nombre, «Mandatela»? Su talento es un arcano, un misterio, su carrera, y es uno de esos enigmas que ni del Oso despeja

Romance del botellón


Parece ser que en España tenemos un nuevo sport que de puro apasionante, está causando furor entre los púberes patrios – ya canéforos o no –, y que en esencia consiste en ingerir mucho alcohol, a ser posible mezclado para que dé subidón, no en el recinto acotado de una boda o comunión, sino en

Romance del no a la guerra


Por lo que vengo observando, se colige, se diría que a la farándula patria, o sea, Bardem y familia, y a los actores que exigen a todas horas del día que las teles o el Estado les financien las películas, (ésas que sólo se traga quien se equivoca de fila), o no les gusta la

Romance del Buen Cenizo


En el presente romance me he impuesto como deber no nombrar a Zapatero – mecachis, ya lo nombré – por si acaso resultara que la zeta con la pe fuera una sigla perversa de insospechado poder capaz de hacer que un camello se muera en Suiza de sed y, si me atrevo a escribirla, de

Romance del Sebastián


Este romance, señores, se lo voy a dedicar al político más breve, a la estrella más fugaz que ha cruzado el firmamento de la esfera electoral, como una de esas Perseidas que esta noche se verán. El fenómeno que digo – ustedes se acordarán – pudo verse a ojo desnudo y dio bastante que hablar,

Romance de la Narbona


Para entonar el ambiente sin quedarme medio en bolas, me parece que ya es tiempo, me parece que ya es hora de dedicarle un romance a la ministra Narbona, pues con todas las sandeces que ha vertido esta señora, puede llenarse un embalse, recuperarse una flora, y hasta encontrarse un motivo para decirle tres cosas.

Romance del hombre del tiempo


No es que ya no me lo crea, es que ya no me lo creo que en el Levante, por Pascua acaba haciendo buen tiempo. Por lo que ya llevo visto, lo que por vieja sospecho, lo que por sabia anticipo y lo que muy bien recuerdo, ni en Torrevieja ni en Calpe, ni en