Por lo que vengo observando,
se colige, se diría
que a la farándula patria,
o sea, Bardem y familia,
y a los actores que exigen
a todas horas del día
que las teles o el Estado
les financien las películas,
(ésas que sólo se traga
quien se equivoca de fila),
o no les gusta la guerra
– a mí también me horroriza -,
o le han cogido al PP
lo que se dice manía,
pues la guerra que no tragan,
la que les ralla y jeringa,
tiene nombre y apellidos,
y al fin que es siempre la misma.
…
Nada tienen que decir
estos hijos de Talía
sobre algunas otras guerras
de la mundial geografía.
Comprendo que no se acuerden
de la guerra de Melilla,
o de la de los Tres Sanchos,
o de la de las Malvinas.
Puedo entender que se pierdan,
porque es difícil seguirlas,
con las guerras africanas
y demás escabechinas,
¿pero qué hay de Afganistán,
qué hay de Argelia o Cachemira,
y qué hay de todos los frentes
en que se dejan la vida
las mujeres en Irán,
los pobres en Etiopía,
y en la Cuba de Fidel,
la disidencia castrista?
…
Cuando salen a la calle
con pancartas y consignas
los actores españoles,
o sea, Bardem y familia,
a decir que no a la guerra
– ya digo, siempre la misma -,
a protestar contra Bush
– que, la verdad sea dicha,
tampoco a mí me parece
el Faro de Alejandría -,
y a condenar al PP
a una perpetua ignominia,
me pregunto si lo hacen
por amor o por inquina.
Si es por amor a la paz,
será una paz retroactiva,
pues la de Irak ya está rota
y la poca que tendría
no es retirando a las tropas
como se conseguiría.
Si es por dar en las narices
al amigo imperialista,
me da que él pasa bastante
de nuestra izquierda divina.
Y si es por odio al PP,
pues qué quieren que les diga,
como que va siendo hora
de pasar fotografía,
que la de Azores, señores,
apesta ya, de amarilla.