Hace tiempo, cuando llegué a Bruselas, tuve la fantasía de crear una asociación de mujeres. Ni necesariamente feministas, ni forzosamente tradicionales. De izquierdas o de derechas. Negras, blancas o amarillas. Tan hermosas como Sofía Loren a sus setenta y un años, tan feas como Bette Davis en su divina juventud o tan corrientes como yo
África
Viajé a Senegal en los tiempos de la Guerra del Golfo. El aeropuerto de Dakar era la Corte de los Milagros. Nunca había visto tanta miseria en carne viva. Pasamos la aduana y, en la noche profunda, los muñones oscuros se confundían con el paisaje. Sólo de vez en cuando estallaba el fulgor de una
Romance del adiós
Según avanza la noche, se nos acaba el verano, dejándonos un regusto a carbonilla en los labios. Se va trazando un reguero de bosques aniquilados, de acusaciones innobles, de políticos ignaros, y de Fuerzas que antes eran de todos o del Estado, y que si fueran comunes acaso dieran abasto para apagar los cien fuegos
La buena educación
Uno de los objetivos que me he fijado para este verano es iniciar a mi hija en los misterios de la civilización. Con sus tres años y medio, su natural rebeldía y el enjambre de mimos que la rodea, me temo que anda un poco asilvestrada. Ya ha aprendido en poco tiempo que lo mismo
El fuego
Como sigo fumando a pesar de todas las prohibiciones, me enciendo un cigarrillo y me quedo un buen rato mirando la nubecilla que asciende, desde una fisura de la ceniza compacta que corona el cilindro, hacia la transparencia del aire manso que me circunda. Luego un golpe de brisa dispersa el rizo de humo. La
Cuba libre
Cuando viajé a la Habana, no lo hice directamente desde Europa. Estábamos, el Vitorio y yo, pasando unos días en Jamaica, y se aproximaba la fecha de mi cumpleaños. En un hotel-poblado de la Bloody Bay – una preciosa bahía que debe su nombre a una legendaria escabechina -, en la intimidad de un bungalow
La mampara
Si ese individuo, Txapote, no perteneciese a la banda terrorista ETA; si no fuera un asesino de “responsabilidad limitada”, no diré que con licencia para matar, pero sí con respaldo suficiente como para creerse con derecho a no dar cuenta de sus crímenes ni ante la sociedad ni ante la Ley; si fuera un energúmeno
Los “vudúcratas”
Navegando por la red, me topé el otro día con uno de esos nuevos artilugios, tan propios de nuestro tiempo, que te dejan a medio camino entre la risa boba y la sangre granizada. Los llaman “vudúcratas”. Parece ser que el invento es mexicano. Son figuras humanas de papel, como aquellas muñecas recortables de nuestra
Luna llena
Fue el martes pasado, día once. Del cielo de Bruselas, justo donde acaba mi calle, colgaba una luna tan llena, tan violentamente cercana, tan prepotente, tan visiblemente rugosa, que por un momento pensé que estábamos siendo invadidos por ella, que aquello era un mundo volante a punto de incorporarse, como una bola de acero, al
Hombres y mujeres
Hace tiempo que me vengo asombrando ante la profunda estupidez con que los guionistas de nuestras series adornan a sus personajes masculinos. El punto culminante de esta tendencia se alcanza en «Los Serrano», esa historia de barrio en la que ellas se dedican a la enseñanza y son cultas, elegantes y sensibles, y ellos se