A Zapatero, nuestro aprendiz de brujo, los cubos se le vuelcan y las escobas se le desmadran. Se le van acabando los proyectos, el pueblo llano no le veranea, el cine no le come, la paz no se le cuaja y le saltan los plomos donde menos lo espera. Demasiada tensión para tan poco cable.
El Bonaire
Como un juglar en busca de una estrofa, como un taxi inocente, y sólo el corazón por explosivo, he aterrizado estiva en Benicasim, he encontrado una sombra entre los pinos, he bajado a la playa como quien se sumerge en el nuevo episodio de una historia de magia, y he visto cómo el aire se
Ibiza y las pancartas
Este año, cuando llegue a Ibiza, quizás me encuentre, sobre el papel rizado de las olas, un garabato negro. Un reguero de plomo, un hilillo oleoso esquivando a los peces y muriendo en la playa. La fuga del Don Pedro es el nuevo crujido de una rueda oxidada capaz de alimentar, día tras día, un
Miguel Ángel Blanco
Ocurrió hace diez años, pero parece ahora. Fue un secuestro brutal y colectivo. Nos capturaron a traición, sin precio, sabiendo de antemano que el canje era imposible, y que en aquella España de alma entera ni el gobierno ni el pueblo cederían. Teníamos, de aquel muchacho elegido al azar, la misma edad valiente, la pequeña
La canastilla
A Rajoy, según parece, le pilló por sorpresa el anuncio de Rodríguez Zapatero. Lo de que a su capricho y desde ahora, cualquier persona que resida legalmente en territorio español cobrará dos mil quinientos euros por hijo fabricado. De forma que ya sabe: si nació usted mujer y está en estado, desembarque en España como
Pepe Blanco y olé
Ha afirmado el señor Pepe Blanco, y olé, que la diversidad es un privilegio que tenemos que defender como lo mejor de nuestro Estado español, y ha añadido que la defensa del castellano, y suponemos que el manifiesto que la abandera, es un nuevo semillero de agravios que ellos, los socialistas, no están dispuestos a
La caza del español
Antiguamente, cuando el imperio, los españoles éramos en el Mediterráneo el botín predilecto de los berberiscos, y en el Atlántico, la presa más buscada de los corsarios. Tampoco en Flandes, Francia o Italia se nos perdonaba con gusto la vida. Y era lógico, porque íbamos por el mundo con más inhibidores que talante. A Cervantes
El navegador
A Rodríguez Zapatero habría que regalarle urgentemente un TomTom Go. Ya saben, unos de esos cacharros de ultramundo que te guían por el nuestro como un pastor de cabras. Te sientas en el coche, le introduces el nombre de una calle, pulsas la tecla «go» y comienza el milagro. «Váyase usted poniendo a la derecha.
Educación para la ciudadanía
Me llamo Laura, hoy cumplo cuarenta y cinco años y no puedo ocultarlo por más tiempo: no he sido educada para la ciudadanía. Los profesores que en el año treinta antes de Zapatero trataron de inculcarme algún conocimiento provechoso tuvieron que apañarse con sentencias latinas. E igualmente indefensos se encontraron mis padres. Puestas así las
La aldea oficial
Nos dicen, como a Jordi, que tranquilos, con expresión profunda y tono equilibrado. Si España se despliega y emulsiona en un largo menú de identidades, si los que nos escriben la Historia a trompicones – Roviras, Ibarretxes y aledaños -, la meten en su máquina del tiempo, que lava, aclara, escurre y centrifuga, tampoco es