Password

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A la ministra Chacón le tengo yo una querencia nada orquestada o fingida, sino espontánea y sincera, por parecerme, de todas las ministras zapateras, la de más iniciativa por mar, por aire y por tierra, y la de más abundancia, y la de más consistencia. A todas horas la vemos ir de la Zeca a la Meca – ahora de madre flamante y antes, con el bombo a cuestas – con el semblante muy serio y la actitud, circunspecta. De ahí lo profundo del chasco que me he llevado con ella. Pienso, y en esto coincido con la opinión de cualquiera, que suena a pura chapuza que un ministro de Defensa se presente ante unas tropas que con otras se conciertan y así, de golpe y porrazo, para pillarte en la mesa, sin que lo sepan sus pares ni sus aliados lo sepan, dé la misión por cerrada y les diga que se vuelvan. ¿Qué ya seguir en Kosovo no es lo que nos interesa? No discutimos el fondo, criticamos la manera.

“Password” se llama un concurso que puede verse hasta a ciegas con el que siempre disfrutas y en el que ganas si aciertas asociando a otras palabras una palabra concreta. Hoy por hoy, si escuchas Carme, se te ocurre “pandereta”, “gobernación” te conduce al vocablo “inexistencia”, de España, sólo dirías “que no hay por donde cogerla” (este “password” no entraría: más de una voz no se acepta), y a la pista “Zapatero”, bueno, mejor ni contestas. Y es que algunos compromisos tienen sus propias fronteras y el precio de no cumplirlos es quedar en evidencia. Pero al fin lo hemos logrado: desde Edimburgo a Canberra ya saben todos que somos una nación de opereta.


Laura Campmany