Son muchos y están en todas partes. Igual en el campo que en la ciudad, y lo mismo en la sierra que en la playa. Cada día que amanece los alumbra por cientos, y ellos solos se juntan, se intercambian rencores, y llegan a la luna nimbados por un aura de ambición, mezquindad y aburrimiento.
Libertad sin ira
Era una canción pegadiza, con su historia en voz baja de viejos pesimistas y su estribillo alegre, insaciable, impaciente. Era como un clamor que venía del pasado con un paso acolchado de rubor y desgana para pararse en seco, para girar de pronto hacia la libertad y hacia el presente. Se trataba de estar todos
Las Pajaritas
Campmany escribió cientos, cientos de pajaritas. Se las sacaba, frescas, del tintero, con su ingenio de niño espabilado, de chiquillo travieso que buscaba comida subiéndose a los trenes milicianos, jugando a las canicas o al amor prematuro, comerciando con hebras de tabaco… Un niño de la guerra cuidando de su madre y haciendo que la
El niño del globo
A Zapatero, lo habrán notado ustedes, se le ha puesto cara de pánfilo. Tiene los ojos más azules que nunca, y como fijos en un espejismo. Se creyó tan a ciegas su «proceso», tan sin matices lo ha visualizado, que mientras los etarras robaban las pistolas, escupían chantajes y extorsiones, exigían Navarra y la luna
Bermejo el Poeta
Por mayo era, por mayo, que es un mes muy marianero, cuando en medio de un debate, lo que se dice en el Pleno, el ministro de Justicia, que de apellido es Bermejo (y también de corazón, pues se define rogelio), se remangó las puñetas de su grave ministerio y con el arpa en la
Maneras de volar
Estoy en la T-4, en la cola de facturación. El Vitorio, nuestra hija y servidora regresamos a Bruselas desde Madrid, después de una semana erizada de pugnas y sondeos, excursiones frustradas a la sierra, imposibles visitas a la Feria del Libro y un tiempo como roto por el agua. En medio de la cola, alguien
Las reglas del juego
Este país no es serio. Y digo «este país» porque en eso nos hemos convertido. En este tinglado, este conglomerado de viruta pomposa, esta lata de variantes, este puzle de raíces y puntas, este parque de coches oficiales, esta cumbre de próceres canijos, esta oscura trastienda de pócimas y trueques, este palio confuso de banderas,
La hora de todos
Como estamos en plena campaña, hasta las piedras hablan de política. Ayer salí a comer a un restaurante, y el besugo, exquisito, no me soltó un discurso de milagro. Te dicen que ANV no es ETA-Batasuna. O sí, pero no tanto. O que en el escrutinio de las listas pudiera este gobierno haberse propasado. O
Madrid
Madrid es ella misma tres veces. Es la ciudad del humo y los clamores, donde nada se olvida. Son las tardes del Ritz un poco acartonadas, las lánguidas acacias de los blandos paseos, las tormentas de mayo, los salones de moda, las rosas del Retiro, los viejos palacetes, los cielos muy azules como un mar
Romance de los vídeos
Por fin he visto en la tele los vídeos electorales del Pesoe y del Pepé, los dos partidos rivales, y el de esa Izquierda que dicen que lidera Llamazares y que tiene de curiosa que al menos no es la abertzale. Le pasa, al vídeo lustroso del partido gobernante lo que a esos filmes profundos,