Autor: Laura Campmany

La guerra de los buses


Al parecer, circulan por Barcelona autobuses que proclaman, como con Teruel, pero a la inversa, la inexistencia de Dios. Lo más curioso es que, partiendo de esta premisa, se invita al personal ambulante a gozar de la vida sin freno, según la lógica implícita de que ni habrá premio para las buenas acciones, ni castigo

La inocentada


28 de diciembre. El Vitorio, mi hija y servidora nos disponemos a facturar nuestroequipaje en el vuelo Madrid-Málaga que, en teoría, despegará a las 11.50. Traemos losasientos reservados desde Bruselas. Y empiezan las bromas. Con el tercer billete, salta el“overbooking”. Hacía tiempo que no volaba con Iberia y casi había olvidado esa palabra. Nosdan tres

El banco del trueque


Entran ganas, a veces, de bajarse de la modernidad, de los soberbios rascacielos, sólo aparentemente cristalinos, de las pantallas fosforescentes del portátil, de los hemiciclos durmientes o vacíos, de los fuegos cruzados, de las flores de harina sospechosa, de los impuestos revolucionarios y hasta del tren de alta velocidad, cuando le tapan la boca. Dan

La lotería


Les confieso que me producen vergüenza ajena – por mejor o peor nombre alipori – esas imágenes que cada 22 de diciembre, y casi siempre desde la puerta de un bar, nos ofrece la televisión española de los ganadores del Gordo, o el Flaco, de nuestra entrañable Lotería navideña. No sé si por efecto del

Los violentos


Hubo un tiempo, dicen, en que los jóvenes atenienses tenían cosas mejores que hacer que asaltar las comisarías de policía o, armados de vallas y contenedores, destruir las vitrinas de los comercios, las silenciosas farolas o los vehículos aparcados, para protestar por la muerte – no sabemos si brutal o accidental – de un muchacho.

El cuervo


Ya sabíamos que Bombay no era el paraíso, pero del caos al infierno hay muchos tiros. Sabíamos que el terror puede esperarnos en cualquier estación y en cualquier parte, y que los ríos de sangre brotan imprevisibles, como lamiendo ya tus pies descalzos. Pero en esta ocasión se han ido al Mar de Arabia a

Mi amigo americano


Tengo un amigo argentino llamado Antonio Gattuso al que conocí gracias a este periódico. Ya hace tiempo, me mandó un mensaje a través del ABC y yo le contesté a vuelta de correo porque jamás he sido indiferente a la amabilidad, a la dulzura, al buen recuerdo de mi padre ausente, al sincero interés y

El cambio climático


A mí el cambio climático del que tanto se habla, el atmosférico, me lo está sirviendo en bandeja de oro este otoño bruselense tan raro, tan poco ventoso, tan relativamente soleado. Luego, a las nueve de la noche, me entero por el telediario y su chica del tiempo que el frío y el agua se

El firmamento


En España, trincar se ha convertido en una actividad tan lucrativa como amena. Al nulo esfuerzo y escaso riesgo, suma una rentabilidad que no es sólo económica, sino también social. No me refiero, por supuesto, a la humilde sustracción de carteras, que eso sólo da para un mediano pasar, sino al latrocinio de “alto standing”,

El sueño


Muchos de los ciudadanos europeos que hoy, con la resaca electoral norteamericana, echarán el día a bastos o a copas sólo saben que Obama es el candidato demócrata y que es negro (aunque sea mulato), que Sarah Palin tiene una imitadora que hace campaña mejor que ella misma y que McCain no es Bush, cosa