Cierren los ojos, mírense ustedes por dentro y díganme si no encuentran, entre el primer deseo y la última nostalgia, entre la primera caricia y la última soledad, un rayo, casi un sol de mañanas que salieron azules, de miradas que todo lo ofrecían, de viajes por colinas imposibles, desvanes encantados donde baila, en su
A sangre fría
Si los cuervos hablaran, como lo hacía – con no poca arrogancia y desparpajo – aquel muñeco chulo llamado Rockefeller, dirían que hoy está el cielo más negro que sus alas. En España, los cuervos ya no son un poema. Esas bandas de albano-kosovares venidos de otras guerras y guerrillas, esos hombres helados, astutos e
Romance del euro
Dice Solbes – y es posible que esté el ministro en lo cierto – que no tenemos ni «flowers» de lo que valen los euros. Y que si antes cien pesetas eran dignas de respeto, ahora apenas valoramos lo que casi son doscientos, y por un chato de vino, unos taquitos de queso y una
El atraco
Últimamente, la llegada de las fiestas navideñas se percibe, más que en el despliegue de luces, en una especie de síndrome colectivo cuyos síntomas más visibles son la glotonería y el despilfarro. A mediados de diciembre, nuestro apetito no sólo aumenta, sino que se transforma en un monstruo exquisito, como un Gargantúa que saciara su
Brillantes ideas
O Brillantes Ideas Socialistas, o BIS, para abreviar. En Bélgica, que es donde moro, la ministra de Educación, la socialista Marie Arena, ha sacado un decreto que aplica a la inscripción de los niños en la enseñanza secundaria el muy igualitario y exasperante principio del «premier arrivé, premier servi» o, dicho a la española, ponte
No está solo
Últimamente, los seguidores de Zapatero le recuerdan, allá donde va, e incluso allá donde no va, que no está solo. A diferencia de Zerolo, Zapatero no rima con «solo», pero tampoco rima con «dimisión», que es lo que le corean, en un pareado tan pensado que ni siquiera se molesta en respetar la métrica, sus
Presidentes parlantes
Le he pedido al Vitorio de regalo, para estas Navidades, uno de esos presidentes parlantes que se han puesto de moda en los Estados Unidos. Allí uno puede comprarse un mini-Bush en forma de muñeco que repita lo de las armas de destrucción masiva, o un Clinton que niegue haber sucumbido a los encantos de
Romance de los Pujol
Se ve que a Jordi Pujol lo de ser un jubileta ni le gusta ni le cuadra, ni le mola, ni le peta. Se ve que está hasta «les boles» de andar echándose siestas, o de pasarse las tardes haciendo punto o calceta, y hasta el mismísimo gorro – o barretina, o barreta – de
París no es una fiesta
París no es una fiesta, y eso que está que arde, pero no precisamente de ron tostado, amor candente, estufas al rojo, noches en llamas, candilejas al viento, hojas en ascuas o fuegos artificiales. Bueno, a lo mejor los fuegos sí son un poco artificiales. Se han sublevado los jóvenes de la periferia, ese lugar
La telebasura
Cualquiera puede hacerla: lo grueso siempre es fácil. Observen, si no, a los digamos caballeros, y digamos señoras, que en los platós del ramo tienden sobre su mesa de operaciones a los famosos de siempre, de turno o de pega para, unas veces con su connivencia y otras sin ella, hurgarles en la herida fingida