A Rajoy, según parece, le pilló por sorpresa el anuncio de Rodríguez Zapatero. Lo de que a su capricho y desde ahora, cualquier persona que resida legalmente en territorio español cobrará dos mil quinientos euros por hijo fabricado. De forma que ya sabe: si nació usted mujer y está en estado, desembarque en España como
Pepe Blanco y olé
Ha afirmado el señor Pepe Blanco, y olé, que la diversidad es un privilegio que tenemos que defender como lo mejor de nuestro Estado español, y ha añadido que la defensa del castellano, y suponemos que el manifiesto que la abandera, es un nuevo semillero de agravios que ellos, los socialistas, no están dispuestos a
La caza del español
Antiguamente, cuando el imperio, los españoles éramos en el Mediterráneo el botín predilecto de los berberiscos, y en el Atlántico, la presa más buscada de los corsarios. Tampoco en Flandes, Francia o Italia se nos perdonaba con gusto la vida. Y era lógico, porque íbamos por el mundo con más inhibidores que talante. A Cervantes
El navegador
A Rodríguez Zapatero habría que regalarle urgentemente un TomTom Go. Ya saben, unos de esos cacharros de ultramundo que te guían por el nuestro como un pastor de cabras. Te sientas en el coche, le introduces el nombre de una calle, pulsas la tecla «go» y comienza el milagro. «Váyase usted poniendo a la derecha.
Educación para la ciudadanía
Me llamo Laura, hoy cumplo cuarenta y cinco años y no puedo ocultarlo por más tiempo: no he sido educada para la ciudadanía. Los profesores que en el año treinta antes de Zapatero trataron de inculcarme algún conocimiento provechoso tuvieron que apañarse con sentencias latinas. E igualmente indefensos se encontraron mis padres. Puestas así las
La aldea oficial
Nos dicen, como a Jordi, que tranquilos, con expresión profunda y tono equilibrado. Si España se despliega y emulsiona en un largo menú de identidades, si los que nos escriben la Historia a trompicones – Roviras, Ibarretxes y aledaños -, la meten en su máquina del tiempo, que lava, aclara, escurre y centrifuga, tampoco es
Fe de tontos
Son muchos y están en todas partes. Igual en el campo que en la ciudad, y lo mismo en la sierra que en la playa. Cada día que amanece los alumbra por cientos, y ellos solos se juntan, se intercambian rencores, y llegan a la luna nimbados por un aura de ambición, mezquindad y aburrimiento.
Libertad sin ira
Era una canción pegadiza, con su historia en voz baja de viejos pesimistas y su estribillo alegre, insaciable, impaciente. Era como un clamor que venía del pasado con un paso acolchado de rubor y desgana para pararse en seco, para girar de pronto hacia la libertad y hacia el presente. Se trataba de estar todos
Las Pajaritas
Campmany escribió cientos, cientos de pajaritas. Se las sacaba, frescas, del tintero, con su ingenio de niño espabilado, de chiquillo travieso que buscaba comida subiéndose a los trenes milicianos, jugando a las canicas o al amor prematuro, comerciando con hebras de tabaco… Un niño de la guerra cuidando de su madre y haciendo que la
El niño del globo
A Zapatero, lo habrán notado ustedes, se le ha puesto cara de pánfilo. Tiene los ojos más azules que nunca, y como fijos en un espejismo. Se creyó tan a ciegas su «proceso», tan sin matices lo ha visualizado, que mientras los etarras robaban las pistolas, escupían chantajes y extorsiones, exigían Navarra y la luna