A ZP, lo que verdaderamente le gusta es dialogar. Esa costumbre tan española de la cháchara que lo mismo sirve para matar las horas en un café que para hablar de muertos en La Moncloa. Hay que reconocer que el diálogo es una costumbre saludable. Una gimnasia intelectual que te obliga, de vez en cuando,
La publicidad
Les confieso, por aquello de que tiendo al desahogo, que estoy más que harta de la publicidad. En Bruselas no la sufro, porque nuestra televisión internacional no paga los derechos que cuesta emitirla, pero volver a España y tener que sacártela de los ojos es todo uno. Pese a las directivas europeas, o quizás gracias
El burladero
Pasé por la T-4 hace sólo unos días. Allí es donde aterrizan ahora los aviones que vienen de Bruselas. Tardé aproximadamente una hora en encontrar las maletas. Ellas ya llevaban lo suyo girando en la cinta, pero de eso todavía no se habían enterado las pantallas. Y vete tú a buscarlas entre el cielo y
2007
No sé si me alegra o me entristece que pasen los años. Como todos llevan su carga de ceniza y amargura, amén de alguna dicha memorable, los veo caer en el saco que me noto a la espalda con un ruido de tierra seca y un leve tintineo. Cosas que uno ha perdido, cosas que
La inocentada
Hablaba Edurne Uriarte, en su columna de ayer, del montaje periodístico emitido hace días por una televisión belga en el que se recreaba con pasmosa verosimilitud la secesión de Flandes. Según el ficticio reportaje, los flamencos del Norte, que ya dijo Jacques Brel que no sonríen cuando bailan, acababan de proclamar la independencia. No de
La noche buena
Mañana es Nochebuena. Pasarán cosas raras. Y dará igual que el cielo amanezca sutil y despejado, con un ojo amarillo en medio de la frente, que cubierto y lloroso. Todo el mundo andará precipitado, espumando los caldos de gallina, o alumbrando los árboles oscuros, o haciéndole al belén una cascada, o echándole salero a un
No, gracias
Imitando a Cyrano: ¿y qué tengo que hacer? ¿Celebrar con albricias que llegara al poder un hombre que podría no haberlo ni catado si un pueblo malherido no le hubiera votado? ¿Cantar las excelencias del Ministro Caldera? ¿Hacerle un monumento con forma de patera? ¿O reírle las bromas a Pepiño «conceto»? ¿No hallar en sus
Nuestra Loyola
Conocí a Loyola de Palacio en Bruselas, siendo ella vicepresidenta de la Comisión Europea. En aquellos años de su enérgico exilio, cada vez que mi padre venía a visitarme, llamaba a Loyola. Eran buenos amigos, de ésos que nunca se esquivan. Él solía invitarla a cenar en «Comme chez soi», pero no a solas, sino
Las tres ideas de Rajoy
Las propuestas que Rajoy le ha lanzado a Zapatero me recuerdan lo que le sucedió a mi hermana Beatriz en un examen de Filosofía del Derecho. En una de las preguntas, se pedía a los alumnos que hablaran sobre Aristóteles. “Nada, lo que se dice tres ideas”, aclaró el profesor. Uno de los examinandos se
Europa, por amor
Nos creíamos que el dinero, o sea el parné, la pasta, guita, costilla o morusa, vaya, lo que se dice el money money “cantante” y sonante de la famosa canción movía el mundo y hasta las caderas de las sílfides, y ahora va resultar que nones. Que por muy poderoso que sea don dinero, por